El dragón (del latín draco y este del griego drakon) es un animal mitológico que aparece en diversas culturas en todo el mundo. Se le representa como una gran serpiente o lagarto escamado (o emplumado en América), provisto de alas de murciélago, y que escupe fuego por la boca. El dragón todavía se asocia con el mal en algunas culturas primitivas, pero en otras como la china y actualmente en la occidental, el dragón es símbolo de sabiduría, felicidad y buena suerte. En la actualidad todavía queda alguna cultura oriental que cree que el ser humano proviene directamente de estas criaturas, esto, explicado con preconceptos científicos, podría hacer referencia a la evolución de las especies teniendo en cuenta que los primeros seres que emergieron de los mares para pisar suelo firme fueron los reptiles. Se supone que para calmar las ansias de destrucción de un dragón hay que sacrificar una virgen. Aunque destructiva, la figura del dragón tiene siempre un aspecto positivo. Entre los romanos, el dragón era considerado un símbolo de poder y sabiduría. La mitología germana incluye al dragón entre las fuerzas del inframundo. Se alimenta de las raíces de Yggdrasil, el fresno sagrado en el que moran los dioses. Para los celtas, el dragón era una divinidad de los bosques, cuya fuerza podía ser controlada y utilizada por los magos. Entre los celtas de Britania fue símbolo de soberanía, y durante la ocupación romana de la isla adornó los estandartes de guerra. Durante la Edad Media, aparece muchas veces como guardián de doncellas prisioneras, dotado de poderes sobrenaturales que se temen y a la vez se procura dominar, pero también, los dragones aparecen como grandes aliados y sabios compañeros y amigos. Además, los dragones son los seres mas leales y confiables que ha generado la imaginación humana, claro que este concepto se ha tergiversado a lo largo de el tiempo por movimientos que no respetan las creencias ajenas. Para el cristianismo, que lo vincula con el mal en el Apocalipsis, de San Juan, el dragón aparece vencido por la fe, en la figura de San Jorge, durante el medioevo. Claro está que en la actualidad historiadores de todo el mundo adjudican estos hechos al no haber podido convertir, en la época de las cruzadas, a las culturas orientales al cristianismo, razón por la cual, a los benévolos dioses orientales los convirtieron en los demonios de esta religión occidental. Partiendo de una sociedad actualmente civilizada esto podría considerarse como un acto de discriminación sin precedentes. Dragones encontrados en textos antiguos La palabra "dragón" (hebreo: el tanino) se utiliza a través del viejo testamento, y traduce lo más directamente posible como "monstruos del mar o de la tierra." En el libro, el autor lo describe como las grandes criaturas, marmotreto (trabajo 40) y Leviathan (trabajo 41). Aunque las traducciones más últimas de la biblia utilizan el elefante, el hippo o el cocodrilo de las palabras en vez de marmotreto y de Leviathan, el hebreos originales y el contexto de las descripciones no permiten estas interpretaciones. Por supuesto, la historia del dragón se limita de ninguna manera a la biblia. El dragón considera de China, de Europa, de el Oriente Medio, y de cuentas similares de la parte antigua de América latina de "dragones" y de otras bestias. Algunas culturas veneran a estas criaturas. Por ejemplo, los expedientes del polo de Marco en China demuestran que la casa real guardó los dragones para las ceremonias, y los expedientes del historiador griego Herodotus y el historiador judío Josephus describe reptiles del vuelo en Egipto y Arabia antiguos. La historia del dragón se revela en objetos numerosos del arte antiguo a través del mundo. Se ofrecen en las señales babilónicas, los mosaicos romanos, cerámica asiática y los trajes reales, las cubiertas del entierro y los sellos egipcios del gobierno, las piedras y las tapicerías peruanas del entierro, las esculturas de Mayan, los petroglyphs americanos aborígenes y nativos (dibujos tallados de la roca), y muchos otros pedazos de arte ceremonial a través de culturas antiguas... |