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Historia:

/// Día 1 “Un principio”

La alta torre se alzaba en la cima del pico más alto en las montañas nevadas del noreste de Taelur, una tierra desconocida para muchos y alejada de toda civilización, hablamos de un mundo donde los sueños son realidad y toda la realidad no es mas que un sueño movido por nuestros impulsos y deseos para que todo tenga un orden y equilibrio.
La solitaria torre levantada en un páramo de escasa vegetación y árido terreno, bajo una lluvia silenciosa y aparentemente inagotable, entre las nubes grises y un cielo casi oscurecido en donde la luz del sol no penetraba casi nunca, allí, allí se alzaba solitaria torre, maldita, maldecida por los siglos,  la Torre de Erinh. 

La elevada torre creada en blanco mármol, no tenia puertas, ni entradas, solo disponía de una pequeña ventana por la cual una joven doncella, Erinh (tenia por nombre su alma) podía dejar ver su dulce y hermoso rostro, podía dejar caer su larga melena rubia sobre su pálida y a la vez sonrosada mejilla, al mismo tiempo su melena era movida al ritmo del viento, ondeando entre las paredes de su prisión, esta melena ocultaba medio de su rostro, para que así nadie la pudiese ver, nadie pudiese recordar su existencia y nadie pudiese jamás ir a por ella y así eternamente cautiva en su prisión.

La habitación en la cual ella vivía, su prisión de la cual no podía salir y nadie podía entrar sin antes maldecir por siempre su alma; era circular, perfecta, sin puertas e incluso se podría decir que flotaba dentro de la misma torre, como si no existiese nada a sus pies, como si nada ni nadie se atreviese a sostenerla por miedo a sus peores pesadillas, como si de una habitación en el vació se tratase, como si intentaran que fuese olvidada en un lugar el cual el sentido de la realidad no tuviese cabida.
Erinh se encontraba sobre la cama, sobre las rosadas telas de seda que cubrían unas mantas de hilo de oro, la cama tenia unos altos pies de plata con terminaciones en bronce y una talla angelical, en la parte superior entre ambos pies se disponían unas cortinas de oro blanco con caídas en rubíes y esmeraldas, a la izquierda de la cama una alfombra de terciopelo rojo bordada con el mas bello cabello de unicornio, a la derecha de la cama una cómoda de madera de ébano y una pieza de mármol negro, sobre esta, un espejo de diamante y una muñeca que vestía a similitud de la doncella Erinh, la muñeca, un espejo de su alma, llevaba un vestido de cola larga, rosado, con unos encajes dorados y otros rojos como el intenso color de sus labios, unos labios secos de amor, cansados quizás de esperar en su prisión tras toda una eternidad, cansados de esperar a ese ser, esa alma que la besara, salvara… salvara; la muñeca tenia unos ojos de esmeralda que reflejaban el intenso color verde de los ojos de la doncella, un verde esperanza, la cual estaba ya perdida, un verde como los prados de su hogar, los cuales nacían ya mancillados por estas tierras áridas y secas, un verde ya transformado en gris y oscuridad.
Al frente de la cama, un cuadro, en verdad la única ventana al exterior de la cual ella disponía, exceptuando la salida de la torre, la ventana, la única ventana; este cuadro reflejaba movimientos de personas que vivían cerca de allí o quizás tan solo eran un recuerdo de aquellos que habitaron este páramo de desolación, un recuerdo de personas que morían, nacían, vivían, se enamoraban y crecían juntos, que amaban y sufrían, para volver a nacer y vivir de nuevo, un reflejo de lo que ella jamás podría tener, una imagen de un recuerdo ya casi olvidado y tan solo recordado por cada una de sus lagrimas, en cada uno de los lamentos que su alma emanaba y dejaba al mundo exterior…...


/// Día 1 “Una Noche más ”

Llego una noche como otra cualquiera y Erinh se sentó en el borde de la ventana como siempre hacia, su vida era un bucle, niña de la monotonía, sueño de una cárcel perpetua; mirando fijamente hacia la luna, astro brillante en el cielo, iluminando los desérticos paramos que alrededor de la torre existían, sintiendo como iluminaba su rostro y penetraba en el interior de la habitación; recordaba como seria su vida fuera de esa prisión.

El sol entraría por su ventanita haciéndola despertar de su placentero sueño, se vestiría junto con sus hermanas, iría con sus padres e incluso ayudaría a su madre en las tareas de la casa, haría las compras necesaria y ayudaría ha hacer la comida, ya pues ella nunca pensó ser una princesa, mas bien quiso ser una excelente madre, mas no siempre quiso ser pequeña, también soñaba en cuando creciera, cuando ya en la edad estuviese, siempre pensó que encontraría a ese joven apuesto que fuese a su casa a recogerla con el beneplácito de sus padres, para poder pasear cogidos de la mano por los alrededores del rió, bueno, todos sabemos que locuras hacen los jóvenes enamorados, no creo que sea necesario describir ciertos deseos que pasaban por su mente, tan solo decir, que desearía poder amar a un hombre como solo una mujer puede hacerlo, deseaba sentir esa sensación, la de dos cuerpos desnudos abrazándose, cuando un amor es puro… 
No siempre soñaba con estos placeres carnales, es mas, esto tan solo era un comienzo, ella lo que mas añoraba era el no poder ser madre, siempre había envidiado a su propia madre, el afecto de unos hijos, el amor de un marido, una familia, la compañía de todos sus seres queridos, soñaba con volver a verlos, con recordarlos, ya pues para ella todos los días eran el mismo, había perdido la cuenta del tiempo que llevaba encerrada entre esas paredes circulares. Perdida en sus sueños.

Cuando la luna se puso por completo sobre el horizonte, la doncella comenzó a sonreír e incluso pensó que alguien la podría rescatar, tras soñar durante mucho tiempo, no siempre se despierta rápido, muchas veces la mente nos juega malas pasadas y tan fuerte fue su deseo que cerro los ojos y se dejo llevar y al dejar su pelo caer por le lateral de la torre, dejo caer la diadema, la tiara que con tanto aprecio había conservado desde el día de su cautiverio, quien sabe, si aun seguiría con vida aquella persona, aquel hombre, aquel chico que se la regalo en su día; la diadema cayo a la tierra seca de los alrededores, una tierra seca, sin vegetación, sin brillo, sin color, salvo algunos cipreses casi muertos de tanta tristeza y soledad que habían visto pasar en sus tantos años de vigilancia, siempre fríos e inmóviles y ha excepción de la diadema ya perdida por siempre en esta tierra de desolación, ya no se podía contar nada bello allí.
Ella, para evitar un llanto por la perdida del único objeto que en verdad tenía valor para ella en esta torre de sueños y pesadillas sin fin, comenzó a cantar la mas dulces y a la vez mas triste de las melodías recordando la voz de sus seres queridos que hace tanto tiempo comenzó a olvidar, cayo su primera lagrima esperando que algún día alguien la escuchase y la sacara de allí.

Así pues alzo su dulce voz a los cuatro vientos y recito esta canción, que como sacada de un cuento, narro y narro una y otra vez, durante todas las noches mirando a la luna, que como un espectador fiel, allí se encontraba esperando el recital una y otra vez.

Sobrevivir al odio

En una mañana de primavera
cuando el sol brilla sobre la arena
nació una joven doncella,
bella y linda, como una flor
que vivirá eternamente
en el corazón de quien la ame,
amor  que encontrara,
que nadie en vida arrebatara
amor que nadie podrá romper
por nunca jamás.

Creció y creció hasta llegar al cielo
como un ángel del mismísimo dios,
su belleza no tenia comparación,
una bondad sin igual,
para su amor, su corazón fiel,
vivió feliz en el bosque
de inmensos y verdes prados
junto a ese joven que la amaba,
con en el cual y para cual vivia
y el amor no añoraba.

De donde nadie pudiera echarlos,
echarlos de su casa,
alejarlos de su cielo,
pero llego un día el rey
por la avaricia de todo un reino,
mando a un buen padre
a luchar junto a su ejercito,
durante cinco años destruyendo
luchando por sobrevivir
luchando para volver.

A su dulce casa su único hogar
tras cinco largos años de muerte,
llego el final de la batalla
y al final, llego a su casa con hono,r
pero he aquí la sorpresa
cuando llego y la puerta abrió,
cuando vio que nadie había
cuando no vio a su dulce amor
¿dónde esta mi mujer?
¿dónde esta mi hija?

Maldito rey, maldita vida
luche por ti hasta la muerte
y me arrebatas lo que mas quería
a mi mujer y a mi pequeña hija
maldito dios que reinas junto a el
tu destrozaste mi vida
mas yo ahora me saciare
te reto a ti dios del viento
que avivas mi tormento
te maldigo a ti sol que iluminas este día.

Me esconderé en la luna,
ya que su pálida piel me recuerda,
viviré esperando el día,
destruiré mi propio reino
ese reino que destruyo
mi única esperanza,
mi esperanza de vivir
de vivir y poder sentir
a la doncella de mi sueños,
a mi pequeña y dulce flor.

Y así todas las noches esperaba bajo el brillo de la luna que alguien acudiera en su ayuda, que alguien las escuchase y rescatase, de esa su cárcel, su prisión, su blanca torre de mármol, por siempre su habitación….

/// Día 3 “Tras un largo cautiverio un final”

Todas las noches la doncella asomaba su hermoso rostro por la ventana cantando la misma canción, hasta que un día mientras ella cantaba, un lobo blanco, de piel aterciopelada y suave, apareció en la base de la torre, ella, cuando lo vio comenzó a sonreír, pero el lobo comenzó a cambiar su forma, comenzó a transmutar su cuerpo y de ese hermoso pelaje de lobo blanco apareció un apuesto hombre de larga melena negra y claros ojos azules que se postro ante ella y mirándola a los ojos le revelo su identidad, este hombre vestido con una larga piel blanca y sobre su espalda la cabeza de un lobo blanco, que aun siendo solo una piel emitía tal sensación de vida que sus ojos parecían observarle; llevaba unos cueros negros y unas botas marrones y a su alrededor cinco lobos blancos sentados a su lado, algunos tumbados junto a él, si no fuese porque es un hombre cualquiera diría que era un lobo, cual si se tratase de una loba y sus lobeznos, en ese momento el hombre alzo su voz una voz sincera y llena de sentimientos y rompiendo el silencio recito a la joven:

Solo si vos me lo pedís,
solo así lo haré,
dejare de pensar en ti
y  no volveré a quererte,
mas no por eso dejare de buscar,
ese ángel de mi amar,
dejando atrás mi locura
a otra nunca podré amar,
vos ya lo sabéis,
a ninguna otra daría mi corazón,
mi esperanza y  libertad,
solo a vos bella Erinh
os entrego mi amor,
sabéis que soy incapaz,
a otra persona no amare jamás,
solo os amo a vos Erinh
princesa de mi suspirar...

A la noche siguiente el hombre volvió a ir, llevándole consigo un ramo de flores, desde rojas rosas a blancos claveles, junto con margaritas y campanillas, flores de todos los colores; lo dejo en el suelo junto a la torre y la volvió a contemplar y se volvió a postrar ante la grandeza de la belleza de la joven, esta lo esperaba apoyada en la ventana,  cuando lo vio llegar y arrodillarse, comenzó a llorar y dejo caer una lagrima cristalina como un diamante, un pedacito de su vida, un beso de su alma, que se clavo sobre la seca tierra de este aciago lugar, otra lagrima mas cayó sobre el rostro del hombre, en ese momento se levanto giro la cabeza, suspiro, negó a su instinto, dejo atrás la vida y conjuro a los vientos para que le permitiesen llegar a  la cima de la torre y entrar en la habitación, en ese momento una suave brisa soplo desde el este, creando una suave niebla que envolvió al hombre, cuando esta desapareció, de la piel blanca surgieron dos alas en plumas blancas como si de un ángel se tratase y comenzó a ascender hacia ella, cuando llego a la ventana la joven doncella se retiro con su rostro avergonzado dejando paso al hombre, haciéndole así entrar en la habitación, la miro de arriba abajo y vio con sus propios ojos la grandiosa belleza de la doncella, esta al verlo dentro, se sonrojo y agacho la mirada hacia abajo aunque no tardo mucho en volver a mirarlo a los ojos y sonrío con una sonrisa pura y sin pecado alguno y en esa mirada el hombre susurro a la doncella:

Reina de mi sol
princesa de mil lunas
yo, tu humilde don
tu, mi gran ternura.
Reina de mi vida
princesa de mi corazón
tu reinaras por el día
yo te daré mi amor
¿pues decidme Erinh?
¿pues decidme vos?
¿por qué lloráis? mi vida
¿por qué? Mi corazón.

Ella mirándole a los ojos,  teniendo en su rostro una gran felicidad, le respondió:

Lo siento mi caballero
pero no he sido yo,
ha sido mi alma
ha sido mi corazón
Es esta torre, la alta torre,
El estar perdida en esta prisión
Yo, encerrada en esta jaula
En fríos barrotes mi corazón
¿quién sois gran caballero?
¿sois vos mi salvador?
que sois quien me dio la vida,
que sois vos mi gran amor.

El joven le volvió a responder:

Abre las puertas de tu corazón,
abre tu alma a nuestra pasión
yo, el loco que te rescata
tu, la suerte mi gran ilusión.
Venid conmigo y escapad ya
iros de aquí y huid ya
vete corriendo no mires a atrás
que llega la muerte, llega ya.
Y recordar.....
Aunque seas de otra raza
o seáis de otro color
siempre podré quererte
y hacerte vivir una ilusión,
una gran fantasía
llena de nuestra pasión
de tu cuerpo y de mi amor.

Ella le abrazo fuertemente y dejo apoyada su cabeza sobre su pecho y le dijo despacio:

Ya estoy lejos,
os pido perdón
no me conocéis
y me dais amor
me dais vuestra vida,
vuestro corazón
yo solo os doy la espalda,
a vuestro amor
pensare en vos,
no os olvidare
haré que os busquen
os lo prometo
volveréis conmigo
gran caballero,
que sois mi ángel
que sois mi cielo.

El la abrazo fuertemente y soltando una lágrima le dijo con todo su corazón:

Tener miedo es bueno a veces
pero estar nervioso no lo es
así que, no tengo miedo de quererte
pero si estoy nervioso por no volverte a ver,
así que si me quieres...hazlo
hazlo , no me importaría morir
si consigo estar contigo
si consigo hacerte feliz, hacerte sonreír.

La joven Erinh comenzó a llorar en el hombro de su caballero, mientras el cerraba los ojos junto a ella, le arrebato una espada helada de mithril y atravesó ambos cuerpos con una hoja tan frágil como el cristal pero rígida como el hielo y ambos cuerpos con el corazón congelado cayeron al suelo diciéndose uno al otro, por siempre repitiéndose en el cielo, te quiero, sin dejar mancha alguna de sangre sobre el frió mármol de la alta torre, una torre de blanco mármol de las cimas heladas de la solitaria tierra de Taelur…

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